Más allá de las lesiones deportivas y/o accidentes ocasionales, el estrés físico se sufre en el cuerpo como resultado de las actividades diarias. Pero también, la falta de actividad provoca estrés. El sedentarismo y la columna vertebral están estrechamente unidos. La pasividad, silenciosamente, va haciendo mella.
La rutina de la vida diaria a la que todos estamos sometidos se compone, en gran parte, de actividades cotidianas o de todo lo contrario, inactividad física. Y lo peor es que vivimos sin prestar la debida atención a las señales que el cuerpo nos envía, castigando a menudo la columna vertebral.
La anatomía de la médula espinal está formada por una estructura espinal que tiene como función conducir impulsos nerviosos. Impulsos desde el encéfalo, órgano en la cabeza encargado de controlar todas las funciones del ser humano, a los demás órganos y tejidos del cuerpo.
En el artículo de hoy me centraré en algunas tensiones silenciosas. Concretamente hablaré de lo que conlleva un estilo de vida sedentario y su afección a la columna vertebral generados por las malas posturas y el sobrepeso.
Sedentarismo y columna vertebral
El estrés físico y las malas posturas
Las malas posturas, tan ignoradas o infravaloradas, son desencadenantes sigilosos de dolores persistentes, especialmente en la columna vertebral.
Ejemplo de ello sería:
- El exceso de horas sentados frente al ordenador.
- Realizar inclinaciones continuas para cargar peso.
- Atender el teléfono sujetándolo entre la cabeza y el hombro.
- Etc.
Todas ellas pueden convertirse en un maltrato para las articulaciones que afectan a la salud en la espalda.
Es importante saber identificar estos malos hábitos para poder mantener una actitud preventiva y, poco a poco, ir corrigiéndolas para reducir el estrés físico.
Las 6 malas posturas más comunes y sus consecuencias
- Mantener una postura encorvada sentados: A largo plazo, puede derivar en una curvatura excesiva de la parte inferior de la espalda (lordosis lumbar). Se produce un aumento de la presión en los discos intervertebrales que provoca dolor crónico en la zona lumbar.
- Inclinación hacia adelante al usar dispositivos electrónicos: Esta postura provoca tensión en la región cervical. Acaba causando dolor crónico en el cuello y los hombros.
- Encorvarse al levantar peso (en lugar de agacharse): Causa una sobrecarga en los discos intervertebrales y aumenta el riesgo de lesiones en la espalda como hernias discales.
- Postura encorvada al estar de pie: Esta mala costumbre de mantener la espalda en una postura cheposa, en lugar de recta, puede llevar a desarrollar cifosis. Es decir, una curvatura crónica en la espalda media que afecta a la alineación natural de la columna vertebral.
- Cruzar las piernas al sentarse: Prologar esta postura puede generar desalineación en la pelvis y la columna vertebral creando problemas de espalda baja y cadera.
- Mala postura al dormir: Las posturas incómodas durante el sueño pueden provocar una presión desigual, afectando al estado de la columna vertebral. Aunque algunas veces se produzcan inconscientemente, conviene saber que pueden crear problemas de dolor lumbar o cervical.
Sobrepeso, vida pasiva y bienestar de la columna
Mantener un estilo de vida sedentario es perjudicial para la salud de la espalda y una de las actitudes que fomentan el sobrepeso.
El sobrepeso es un efecto secundario significativo del estilo de vida sedentario. La inactividad física lleva a un menor gasto calórico, lo que, combinado con una dieta no regulada, puede resultar en un aumento de peso.
Este exceso de grasa acumulada en el cuerpo impone una carga adicional sobre la columna vertebral. Si la columna ya sufría algún tipo de problema, lo agrava. También aumenta el riesgo de nuevas lesiones. Además, el exceso de peso puede alterar la mecánica corporal, lo que lleva a un mayor estrés en la espalda baja.
Integrar rutinas de actividad física adaptadas a las capacidades de cada persona es una estrategia efectiva para contrarrestar el estrés físico sobre la espalda. DesBeneficios de la actividad física para combatir el estrés físicocticar deportes de mayor fuerza o flexibilidad, el ejercicio ayuda a la mejora de la salud. Especialmente beneficia la musculatura, la estructura ósea y la columna vertebral.
Practicar ejercicio regularmente como forma de luchar contra la inactividad es un pilar indispensable para mantener un estilo de vida equilibrado.
Beneficios de la actividad física para combatir el estrés físico
- Fortalecimiento muscular: Los ejercicios de resistencia ayudan a fortalecer los músculos que soportan la columna vertebral y ayudan a mantener una postura adecuada.
- Flexibilidad y movilidad articular: Los ejercicios de estiramiento y flexibilidad mejoran la movilidad articular, reducen la rigidez y mejoran la capacidad de adaptación de la columna vertebral.
- Control de peso: Practicar ejercicio con regularidad contribuye al control de peso y, a su vez, a aminorar la carga que soportan las articulaciones y la columna vertebral.
- Estimulación de la presión sanguínea: Llevar una vida pasiva por la falta de ejercicio perjudica al riego sanguíneo. La movilidad aporta nutrientes esenciales y oxígeno a los tejidos, incluidos los discos intervertebrales.
- Reducción de la tensión muscular: Combatir la inmovilidad con actividad física libera endorfinas, neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales reduciendo la percepción del dolor y aliviando la tensión muscular.
- Mejora de la postura y conciencia corporal: Los ejercicios que enfatizan la postura corporal, como yoga o pilates, aumentan la conciencia corporal y fomentan una postura adecuada en la vida diaria.
Como has visto a lo largo de este artículo, el sedentarismo y la columna vertebral están íntimamente relacionados, afectando negativamente su salud.
La vida diaria, a menudo marcada por la inactividad física, puede causar estrés en la columna vertebral debido a malas posturas y el sobrepeso.
La integración de rutinas de actividad física es esencial para contrarrestar estos efectos, mejorando la salud de la musculatura, la estructura ósea, y la columna vertebral.
Si te has visto identificado/a en alguno de estos casos o parecidos, te recomiendo acudir a tu quiropráctico de referencia para evaluar y manejar adecuadamente la salud de tu columna vertebral.
También te animo a que dejes en comentarios otras malas posturas que conozcas o ¡mejor aún! que ya hayas corregido ¡Te leo!
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